viernes, 20 de febrero de 2009

R.I.P.




El miércoles cuando volvía a casa me encontré con un cartel y unas flores pegadas en la pared de un banco, cercano a una parada de autobús. Automáticamente, cuando veo este tipo de cosas lo asocio a un accidente de tráfico, pero en esta ocasión no fue así.

Al día siguiente, es decir, ayer por la noche, me encontré con que había más flores y un par de escritos de personas que le conocían, uno a mano y otro a máquina. La verdad es que solo lei el que estaba escrito a máquina, ya que el otro entre que estaba oscuro y no lo entendía bien...tuve que dejarlo.

Se trataba de un hombre que estaba siempre allí pidiendo, sentado en el suelo, apoyado en la pared de ese banco, con su pelo largo y el vaso en las manos.

No pude evitar sentir pena por él, lo cierto es que lo veía todas las tardes camino de clase y ya se había convertido en una costumbre. No me di cuenta que hacía un par de días que no estaba, tan solo caí en la cuenta de ello al ver el cartel. Parece ser que murió el lunes.

A raíz de esto me pongo a pensar en todas las personas que están en la calle, de alguna manera o de otra, y como nadie se preocupa por ell@s. Bueno, no es eso exactamente, pero sí el hecho de que un día pueden aparecer muertos y no haya nadie que los eche en falta.

Jokergirl -

2 comentarios:

Ladrón de mandarinas dijo...

Yo lo que me pregunto es si alguien de quienes sintieron pena o dejaron unas flores hicieron algo por él en vida.

JokerGirl dijo...

lo dudo.