Últimamente estoy más observadora que de costumbre, me fijo en muchas cosas que antes pasaban desapercibidas ante mis ojos. Supongo, también, que el hecho de que día tras día haga el mismo camino me hace descubrir cosas nuevas poco a poco.
El caso, es que entre toda la gente que pueda encontrarme, hay alguien que ha llamado especialmente mi atención, y bueno, no sólo la mía, sino la de cualquier persona que pueda oír.
¿Quién no ha visto a alguien tocando en la calle? Es típico ver a alguien tocando el acordeón, la guitarra, incluso el violín.
Pero el caso es que en calle Larios, a media mañana, cerca de la hora del almuerzo, hay una señora tocando el acordeón y cantando. La primera vez que la escuché no daba crédito a mis oídos, no encontraba a la persona culpable de ese sonido angelical. Tiene una potencia de voz que la puedes escuchar desde la otra punta de la calle prácticamente, y un muy buen registro, podría cantar ópera perfectamente.
Lo cierto es que no entiendo como alguien con semejantes cualidades puede estar tocando en la calle, esto es el mundo al revés. Y aunque no me sobra el dinero precisamente, y no soy muy de echar limosnas, si tengo algo cuando paso por allí, le echo aunque sea un poquito, porque al menos me alegra escucharle y desde siempre he sido una amante de la buena música, pero principalmente, de las voces espectaculares.
Jokergirl -
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